miércoles, 3 de octubre de 2007

maridaje

¿Qué vino me recomendás para acompañar unas milanesas?

El pibe de la rotisería la miró como si estuviera ante Pichot cantando con Los Palmeras.
Hace 6 meses que debe pensar comida para dos y el repertorio de Marta, la señora que le arreglaba la vida a su madre y que heredó junto al juego de copas flauta, no incluye maridajes.
¿6 meses? Si parece que se conocen de toda la vida. Durante el desayuno del domingo a la mañana, siempre y cuando esté nublado porque domingo de sol se amanece ya rumbo al country, él levanta las cejas y ella le estira la mano con el suplemento deportivo. Y ni hablar si están en alguna reunión en casa de un matrimonio amigo, él puede alzar la cabeza de golpe, mirar para ambos lados mordiendo la comisura izquierda del labio, y ella se acerca a la anfitriona de turno y pide un vaso de agua sin gas.
Todo es tranquilo, suave, sin complicaciones. Su único problema es el menú de las noches. Asi que sale de la rotisería, entra al súper chino de la esquina y agarra un cosecha tardía, se acuerda que lo tomó una Navidad en la casa de Trini y la dejó relajada. Y eso le dijo la refléxologa, que tiene bloqueado el canal del disfrute, que tiene que relajarse.
Por eso llega al dúplex y se saca los stilletos, y descalza pasa derecho a la cocina y busca el sacacorchos, ¿dónde estará? no tomamos mucho vino. Mientras revuelve el tercer cajón, de reojo ve el post it en la puerta de la heladera y se acerca

Reunión del club, como ahí, no te preocupes por la cena

La tercera no cena de la semana, y justo hoy que había logrado decidirse por un vino. Abre la heladera y saca la botella de agua, va a tomar un vaso del estante de arriba y duda, tomo un sorbo del pico?, se la acerca a los labios y de un manotazo la revienta contra la pared.

Su único problema es el menú de las noches, y ahora ni eso.

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